OLVIDARTE
Estoy escribiendo demasiado al borde en esta carta que se supone de adiós.
El papel se queja y me pregunta si es un tatuaje o que relaje un poco la presión.
Y aunque la tinta es negra lo que desborda es la presa abierta de mi corazón.
Prometí que la última era la penúltima muestra de mis brazos abiertos por vos.
Pero sigo resolviendo este dilema que no resuelvo si el perderte es el resultado de esta fría ecuación.
En nada soy especialista aunque no habrá mejor artista que escrute tan bien tu alma como sólo lo hago yo.
Un Galileo que mira al cielo y a sus perseidas que en la distancia lloraron anoche ante tu ausencia en su fulgor.
Tantas palabras que nunca acaban y terminan siendo esbozos de la más bonita canción.
Estoy escribiendo demasiado al borde de que esto al final parezca de nuevo, otra carta de amor.
Cuenca, 13 de Agosto de 2o23, Car